La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA, por su sigla en inglés) ha advertido de que podría ser una de las temporadas más activas en la historia.
Prevé la formación de entre 8 y 14 huracanes, de los cuales la mitad podría ser de gran potencia, además de entre 14 y 23 tormentas tropicales.
El lugar donde se hundió la plataforma que dio lugar al derrame de petróleo está en el camino de paso de algunos de los huracanes más devastadores, como el "Camille" en 1969 y el "Katrina" en 2005.
Los científicos creen que el petróleo depositado en el mar no impedirá la formación de las tormentas.
Un huracán dificultaría las operaciones de limpieza, en las que actualmente participan más de 20.000 personas y 1.700 barcos.
Además, el viento y el oleaje podrían llevar el crudo hacia el interior de estuarios y marismas, los cuales son un eslabón muy importante en el ecosistema del Golfo de México.
Mientras, British Petroleum (BP) se prepara para poner en práctica una nueva tentativa para detener el flujo de hidrocarburos, después de que el sábado reconociera que su anterior idea no funcionó.
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