lunes, 14 de febrero de 2011

EL VIAJE AL ABISMO DE CAMERON.

En la lúgubre luz gris que precedió el 23 de enero de 1960, un trinitrotolueno explotó en un lugar bajo la superficie y levantó una columna de agua hacia el cielo. Un destructor, llevaba varios días lanzando 800 cargas por la borda y aprovechando las explosiones para sondear las profundidades del océano. La última explosión tardó 14 segundo en rebotar en el lecho marino y regresar al barco. Éste se hallaba a 320 km de la costa de Guam y justo encima de la sima más honda del océano más profundo del mundo.

Cuando entro la luz del Sol, los marineros arrojaron boyas luminosas al agua para marcar el lugar donde el capitán, el submarinista y un ingeniero emprendían su descenso a la sima Challenger. Dentro de su sumergible de acero, los dos hombres, descendieron durante 5 horas en la oscuridad, sin saber lo que se iban a encontrar ni de que si iban a regresar a la superficie.

Una bombillita en el interior proporciona la luz suficiente para leer el medidor de profundidad, un termómetro y cuadrantes, pero las lámparas de vapor de mercurio del submarino se mantuvieron apagadas la mayor parte del tiempo. Cualquier vida que haya pasado por allí pudo haber visto un brillo en la oscuridad mientras el aparato iluminado avanzaba hacia el abismo.

El viaje de Walsh y Piccard al lugar más hondo del mundo fue una aventura angustiosa, debido a la vieja tecnología que se sustentó. A pesar de los grandes avances nadie ha intentado repetir el descenso. Pero eso está a punto de cambiar, el director de cine James Cameron ha reunido a un grupo de ingenieros y le ha encargado que construyan un sumergible capaz de volver a la fosa de las Marianas. Cameron anuncia que planea utilizar el nuevo submarino para rodar planos de una secuela de Avatar. El artilugio se está construyendo en Australia y ya se han culminado las pruebas del casco. En los próximos meses se realizará una inmersión de prueba.

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