lunes, 3 de mayo de 2010

La ceniza volcánica confunde a los reactores de los aviones



"La ceniza que ha generado la erupción del volcán islandés es muy densa, así que sedimentará pronto", explica Joan Martí, secretario general de la Asociación Internacional de Vulcanología. Las partículas que forman la nube que ha colapsado el espacio aéreo del norte de Europa pesan, y por tanto caerán rápido.
Cuando un volcán entra en actividad, se produce también una erupción explosiva, que fragmenta la lava en micropartículas y la proyecta a la atmósfera. A veces alcanzan, incluso, la alta atmósfera y pueden permanecer largo tiempo en suspensión. "Tras la erupción del monte Pinatubo, en Filipinas, en 1991, sus cenizas llegaron a dar la vuelta al mundo y eran perceptibles muchos meses después del desastre", recuerda Martí "aquel desastre tuvo consecuencias incluso climáticas, porque hizo descender la temperatura global".
El problema que se plantea para los aviones es que sus radares, a diferencia de lo que ocurre con otros fenómenos meteorológicos, no detectan la situación de la ceniza. Las partículas penetran a gran velocidad en los reactores de la nave. Éstos reaccionan, detectan una situación anormal y envían instrucciones erróneas al piloto. Las señales erróneas pueden provocar respuestas erróneas, apagar motores y causar un grave problema de seguridad.


Luis Sierra Escudero 2ºC

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